La banca, los medios de pago, la competencia… Temas hoy candentes a la luz de acontecimientos recientes que nos invitan a una reflexión.
Alan Meyer Director General de Mercado Libre La banca, los medios de pago, la competencia… Temas hoy candentes a la luz de acontecimientos recientes que nos invitan a una reflexión. Comparto un punto de vista: Mientras los bancos hablan de poner la digitalización en lo más alto de sus prioridades, siguen abriendo sucursales e incluso “banco-cafés”, encareciendo los metros cuadrados de las ciudades. ¿Por qué en vez de invertir en cemento y fierros no disminuyen los costos de transacción antes de que las cryptomonedas se los coman (a pesar de su férrea resistencia a que éstas existan)? No tengo dudas que el próximo medio de pago de las personas serán sus celulares, no una tarjeta de crédito o débito. La próximas monedas de uso general serán descentralizadas… sí, una crypto. Y el próximo banco no existirá en el mundo físico y seguramente será una app. En mis columnas anteriores he hablado fundamentalmente de eCommerce, pero los flujos de dinero y los medios de pago digitales están directamente relacionados y es hora de poner el foco también ahí. No hay mucho misterio al decir que el sector financiero está hoy en un campo de batalla muy distinto al de hace 10 años: los clientes ya no se disputan en las sucursales, sino en el mundo virtual. Ese cambio de paradigma no es algo hipotético. Ya está pasando y sorprende ver la rigidez de la banca tradicional para enfrentarlo. Las grandes empresas tecnológicas, Mercado Libre incluido como referente regional, ofrecen servicios financieros que apuntan a un proceso inevitable de desintermediación financiera, donde la experiencia lo es todo. En todo el mundo, las regulaciones le dan la ventaja a esta banca tradicional, por llamarla de una manera. Pero la tecnología los pone en un lugar donde la dificultad que antes les imponía el tener más bancos, hoy se transforma en contar con más y mejores apps que las personas efectivamente utilicen. Y ahí la nueva dificultad es satisfacer las necesidades y expectativas que las personas tienen a la hora de descargar una app. ¿De qué va a ser capaz esa herramienta? ¿Cuánto va a simplificar mi vida? ¿Por qué tengo que usar la tuya si otras empresas me ofrecen una experiencia muy superior? No es el único cambio sustancial que la banca enfrenta. Están también las criptomonedas. Hoy centrar el punto en cuáles son las que van a funcionar no parece ser realista, sino en qué negocios las van a aceptar y a qué ritmo se van a ir sumando a una ola que es irrefrenable, ya que tiene que ver no con caprichos sino con cambios tecnológicos profundos que están cambiando totalmente las relaciones de confianza de las personas con respecto al dinero. Estos cambios tecnológicos transformadores, a diferencia de otros a lo largo de la historia, no requieren mayor evangelización, sino que simplemente se facilite su uso. Esto habla de una dificultad mucho menor en la transición. Una transición en la que, duela a quien le duela, cada vez menos gente va a ir a los bancos, así como cada vez menos gente ya va a las tiendas de retail tradicional. Sino pregúntenle a Sears. En este nuevo escenario, está claro que son nuevas entidades las que están intermediando el dinero. El caso más evidente es China. El 20% de los pagos, de acuerdo a cifras oficiales recientes, es por medios digitales. Esto los hace la economía más digitalizada del mundo. Ya casi un cuarto de las ventas totales del comercio son online. En ese contexto Alipay, la solución de pagos creada por Alibaba, es amo y señor. Procesa cerca del 85% de los pagos en línea en China y hoy vale US$ 150.000 millones en bolsa, más que Goldman Sachs y American Express juntas. ¿Qué grandes diferencias hay entre este fenómeno chino y lo que ocurre en el resto del mundo? Ninguna. Es decir, es cuestión de tiempo de que esta transformación de los pagos se acelere a nivel internacional. Fuente: http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=513549